martes, 11 de enero de 2011

Un viaje... ¿Difícil?



Querida yo:
Eres idiota. No eres los suficientemente fuerte que hay que ser. Planteemos que la vida es como un viaje en barco. Tú no sabes ni llevar el timón, sólo despliegas las velas y te dejas llevar por esa cálida brisa de aire. Pero ¿Y cuando hay una terrible tormenta qué? Te caes al agua una y otra vez, hasta con la tormenta más pequeña. Lo único que me alegra ver es que después de hundirte varias veces y hasta tocar el fondo del mar, vuelves a subir al barco. Abre los ojos. ¿Y cuando encuentres rocas en tu camino? No podrás caer al agua y subir al barco, porque no habrá barco. ¿Qué harás entonces? El mar sobre el que navegas está hecho de todas tus lágrimas, y el sol que te alumbra de todas tus sonrisas. Venga ¡Espabila! Que vas muy despacio en este miserable barco. Pero lo peor de todo es que hasta te chocas con otros barcos y haces daño a los barcos más importantes de tu vida. Tienes que hacerte una protección para las mentiras, pero que sea muy grande, mucho. Y también para los engaños y las manipulaciones. Uy, y contra la falsedad dos o tres... Ah, y ponte un salvavidas, porque si cruzas por la bahía del amor, cuando te caes, te querrás hundir y te ahogarás! Bueno uno no... cien. Acostúmbrate también a que no siempre hace buen tiempo. Sigue mis consejos por favor. ¡Buen viaje!
Att, la yo que está harta de caerse al agua.

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